Nos metimos en el coche de Sorin y Flory, que arrancaron medio sin rumbo, medio para ver un monasterio en ruinas y sacar algunas fotos.
El paisaje fue cambiando y había prados verdes, que fingían ser primavera; prados blancos cubiertos de nieve...
Y por último pero no menos importante, prados helados, donde el brillo era espectacular. Con árboles helados. Nunca había visto nada igual. Aunque la foto brilla menos. Vaya..
Llegamos al monasterio, que había sido una iglesia católica pero resultó estar restaurada y convertida en iglesia ortodoxa. Que por cierto, una de las diferencias es que por dentro no tenía las sillas y estaba completamente pintada.
A la salida del monasterio era todo prado. Y el lujo religioso pasaba desapercibido entre un WC y unos pavos...
Por último nos acercamos a ver un lago helado, con sus correspondientes casas de colores de los pescadores. Vacías, por supuesto.
Si el lago está helado... no se puede recoger el pescado.
Casas de pescadores
...Y lago helado
¡Hasta luego amigos! ¡Hasta la próxima aventura!
No hay comentarios:
Publicar un comentario