Bien cuidadas, sin apenas perros y con un casco histórico de piedra que invita el paseo y al relax con aires draculeanos, puesto que en Rumanía iluminan poco las calles y la noche se queda oscura.
En nuestro camino paramos a hacer alguna foto de los colores otoñales, porque nos encontramos con un festival de árboles que lucían diferentes tonos cálidos: naranjas, marrones, ocres...
Y fue cuando pensamos... ¡cómo mola viajar en otoño! ...sin apenas turismo, con sol y el primer frío otoñal.
Estampa otoñal de camino a Sibiu y Siguisoara
Recreación de un pueblo rumano antiguo en un museo al aire libre de Sibiu. El hórreo podría ser gallego....¿no?
Paseando.....
Otra estampa en Sibiu
Sibiu es una ciudad bastante grande, con tiendas, baretos, museos.... Siguisoara sin embargo es una ciudad más pequeñita, pero también muy bonita y con algunos rincones muy románticos.
Una vista casi nocturna en Siguisoara
Y un Drácula de Siguisoara que se despide por hoy
Que bonito!. Quiero ir palla otra vez. Me gustan mucho tus fotos y tus ingeniosos comentarios. Un beso pa ti y otro pa Dracula (para que no se cele).
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