El castillo de Huneodara y palacios gitanos

Castelul Corvinilor, S. XIV

Un castillo de película.
Y cuando nos aproximamos a Huneodara, nos encontramos con palacios gitanos de película

Cielo y bicicletas en Constanza

Paisajes de Budapest

Budapest mola.
En Budapest hay metros muy profundos, gente muy moderna, fachadas increíbles y bares muy chulos.
En la carretera la gente te para en cualquier lado para que cruces la calle y hay un restaurante vegano increíble: el Napfenyes Etterem.
Paseando nos encontramos con un grupo de ciclistas vestidos de época, ¡Qué guapos! ¿Quedamos y hacemos lo mismo?

Paisajes de invierno: mar helado

Días de mar helado

Entrado febrero, entró el hielo... y es que hasta ahora no habíamos entrado en el invierno invierno. La semana pasada llegó el frío siberiano, y bajamos de los 0 grados a los  -15º pero con la sensación térmica de -25º, con ese aire de congelador que nos regalaba el mar Negro.
Los días se hicieron cada vez más fotogénicos, pero yo cada día perdía las ganas de salir de casa y me entraban cada vez más las ganas de tomar té y de mirar el invierno desde mi ventana.
Desde casa vi cómo en dos días se congelaba el lago.

Lago helado

Sobre el lago vi a un hombre que, retando a las bajas temperaturas y a golpe de hacha, se puso a pescar en medio del lago.
Armada de guantes, dos gorros y pantalones de nieve, me propuse retratar el mar Negro congelado. Pero mi pulso temblaba y mis ganas disminuían a medida que me aproximaba a la zona del Casino. Rescato un par de fotos que retratan la violencia del temporal, de las olas, del viento y del frío que yo estaba pasando...

Casino de Constanza

Total, que otro día bajamos a sacar más fotos con mis amigos Sorín y Flory... y veo a Sorín sacando los guantes, encuadrando.....
Otra imagen que me ha traído la nevada es la de ver a un perro escondiendo un trozo de pan debajo de un montón de nieve. Parece que él tenía claro que no se iba a derretir...
Es la segunda vez que veo un perro esconder un trozo de pan. La anterior vez fue en la entrada de la facultad de letras. El perro, con todo el morro del mundo, esconde en la maceta de la entrada (en el hall) su trofeo, su trozo de pan. Yo me quedé paralizada mirando. Y hasta vino el guardia de seguridad, por si pasaba algo con el perro. Yo miré al guardia con una sonrisa y le dije en mi pobre rumano: Está bien, está bien. Pero me quedé con las ganas de decirle: flipa con el perro.... ¡será listo!....
Y eso no lo fotografié, por eso lo cuento.

Otra foto helada, al lado del mar Negro....

Pero en días helados también hay atardeceres románticos. La foto siguiente es una puesta de sol sacada a las afueras de Constanza...

Bonita, ¿verdad?
Pues al lado también había esta otra imagen; también muy interesante...

Seguimos en Rumanía...

Parece que no, pero una sigue en Rumanía. Después del verano de paseo por ahí, una se ha reincorporado a la vida rumana; entre clases, manifestaciones, días otoñales y ahora ya, invernales.

Mientras una está en casita, el mundo gira y se manifiesta, pide cambios, grita, se mueve, se tambalea.... aunque parece que no avanza. Y, a veces, parece que retrocede.

Una mira el mundo y piensa en cómo cambiarlo; o piensa en quién lo cambiará o por qué no se ha cambiado ya.

Una observa las diferencias NORTE y sur, la política, las clases, las privatizaciones... y decide no leer la prensa, para no asustarse. Y espera a que todo cambie, como la canción de Mercedes Sosa.

Mientras tanto, una selecciona fotografías del cajón de los recuerdos, imágenes tomadas por ahí, que de repente le parecen bonitas. Y se da cuenta de la importancia de las pequeñas cosas, de los detalles, de la gente que no se ve y de los lugares que están ahí, aparentemente indeferentes.

Paseo invernal en Constanza, Rumanía

En una pared de Bucarest: HAY FEMINISTAS POR TODAS PARTES

En un parque de Craiova, donde dice: PROHIBIDO PERROS

En un rincón de Bucarest:  la tele es una basura

El domingo de paseo

El domingo cogimos carretera y nos fuimos a pasear al baile herculane.
Vimos vacas, cabras y cigüeñas. Tractores, montañas y hoteles altos en medio de la naturaleza.
Peces de tierra y aguas sulfurosas en piscinas improvisadas.
¡Qué bien se está de fin de semana!
Con Fran y Esteban
Edgar,  pufuleti (gusanitos) y glucosa (como chocolate blanco, pero no).

Carrtera y cigüeña

Con ganas de pasear, que llega la primavera

La primavera asoma y con ella los primeros días de temperaturas más suaves, la gente que parece que sale de la madriguera para dejarse ver por las calles... y los días que ya empiezan a notarse más largos.
Una piensa en que ya casi es semana santa y que el curso se le escapa de las manos volando.
Me alegra pensar en preparar las vacaciones que este año serán largas.
Los fines de semana seguimos paseando en nuestro coche para conocer pueblos del sur de Rumania, o paseamos por nuestras ciudades que ya las voy sintiendo más mías. Un pastor nos invita a conocer a sus burros y chapurreamos las cuatro palabras que nos sirven para entretenernos un poco. A muchos les gusta saber qué hacen dos españoles por Rumania. Yo encantada cuando hablo con gente diferente que tiene un momento para intercambiar unas palabras.

Nuestro cochecito recién lavado

Paisajes del sur de Rumania

Otro paisaje en el suroeste de Rumania

Pastor con su burro

Nieve en Craiova. Paisajes. Pies en la nieve.

Pasando por diversos paisajes llegamos a Craiova, Rumania.

Ha nevado.

Salimos a dar un paseo. A escuchar a los perros. A pisar la nieve un poco.

Amigos en Estambul

He conocido a un sultán que nos llevó de paseo a la Universidad Bogazici. Aquello parece una ciudad inglesa. Véase el campus, el esplendor de la hierba o la vista fantástica.

Conocimos un jeque que nos llevó a ver dónde había encerrado una princesa en una torre en el medio del mar.

Conocimos a Alá que nos invitó a pan para merendar

Mustafá nos guió por los mercados del barrio.

Cogimos un tranvía y luego nos invitó a un kebab vegetariano, con lentejas sanísimas en vez de carne. ¡Qué rico!

Y un postre ligerito para seguir andando un poquito

Andamos por todo el barrio para abrir de nuevo el apetito. Cenamos bocadillo de caballa en Eminonu. Qué bueno y sano, el mejor bocata que comimos en semanas.

Aquí vemos cómo lo preparan. Se encuentran cocinando en unos barcos del puerto todo el día.

Todos nuestros amigos se despidieron y fueron cada uno a su casa cuando el cielo se convertía en color naranja.